miércoles, 5 de agosto de 2015

MOTIVOS DE ESPERANZA.



             La Consejera de Educación del Gobierno de Aragón, ha comenzado su mandato con un anuncio que, ciertamente no ha sacado a la gente de Huesca a la calle, como si lo hizo el ascenso de la Sociedad Deportiva Huesca, ni ha sacado a la gente de sus casillas, como provocó el anuncio de que alguna buena gente es partidaria de que no se aporte dinero público a la triste fiesta de la muerte de los toros.
            Pero así y todo, es un anuncio importante, más que por su contenido (digámoslo, el desistimiento ante el Tribunal Supremo de los recursos judiciales del Gobierno de Aragón, contra las sentencias que anulaban sendas órdenes de escolarización, por incumplir el mandato legal de atender a una adecuada y equilibrada distribución entre los centros escolares del alumnado con necesidad específica de apoyo educativo), por lo que indica sobre la sensibilidad política y la concepción de la educación pública de quien ha adoptado esa decisión.
            Dos son las razones que, según se indica en los medios de comunicación, fundamentan ese anuncio. Que el camino del departamento no es el de andar con litigios con las familias y, esta parece la fundamental, que la AMYPA del Colegio Pío XII de Huesca tenía (tiene) la razón. Dos cuestiones que, aparentemente sencillas, han necesitado largos años de esfuerzo e incomprensiones para empezar a ser comprendidas y reconocidas.
            Largos años que un pequeño grupo de familias ha venido arrostrando en su defensa de una educación pública de calidad para todas, para sus hijos y para todos los hijos frente a una administración educativa que no sólo incumple la norma sino que sostiene con prepotencia su actuación errónea, con los abundantes medios de un sistema diseñado para lograr el desaliento de quien se atreve a tratar de ponerle remedio.
            Pues vaya desde aquí mi felicitación a la señora Consejera; una persona con poder que lo utiliza a la manera democrática, obedeciendo la ley y escuchando y respondiendo a la ciudadanía. Dirían los zapatistas, y es un elogio, que manda obedeciendo.
            Claro que el trabajo continúa, el de, como dice la norma, “asegurar la calidad educativa para todos, la cohesión social y la igualdad de oportunidades”. Ese si que es un camino que merece ser andado por la comunidad educativa, y, a lo que parece, tenemos una Consejera que quiere dar pasos en él. Bienvenida.
JESUS SANAGUSTÍN SÁNCHEZ.