La Consejera de Educación del Gobierno de Aragón, ha comenzado su
mandato con un anuncio que, ciertamente no ha sacado a la gente de Huesca a la
calle, como si lo hizo el ascenso de la Sociedad Deportiva
Huesca, ni ha sacado a la gente de sus casillas, como provocó el anuncio de que
alguna buena gente es partidaria de que no se aporte dinero público a la triste
fiesta de la muerte de los toros.
Pero así y todo, es un anuncio
importante, más que por su contenido (digámoslo, el desistimiento ante el
Tribunal Supremo de los recursos judiciales del Gobierno de Aragón, contra las
sentencias que anulaban sendas órdenes de escolarización, por incumplir el
mandato legal de atender a una adecuada y equilibrada distribución entre los
centros escolares del alumnado con necesidad específica de apoyo educativo),
por lo que indica sobre la sensibilidad política y la concepción de la educación
pública de quien ha adoptado esa decisión.
Dos son las razones que, según se
indica en los medios de comunicación, fundamentan ese anuncio. Que el camino
del departamento no es el de andar con litigios con las familias y, esta parece
la fundamental, que la AMYPA
del Colegio Pío XII de Huesca tenía (tiene) la razón. Dos cuestiones que,
aparentemente sencillas, han necesitado largos años de esfuerzo e
incomprensiones para empezar a ser comprendidas y reconocidas.
Largos años que un pequeño grupo de
familias ha venido arrostrando en su defensa de una educación pública de
calidad para todas, para sus hijos y para todos los hijos frente a una
administración educativa que no sólo incumple la norma sino que sostiene con
prepotencia su actuación errónea, con los abundantes medios de un sistema
diseñado para lograr el desaliento de quien se atreve a tratar de ponerle
remedio.
Pues vaya desde aquí mi felicitación
a la señora Consejera; una persona con poder que lo utiliza a la manera democrática,
obedeciendo la ley y escuchando y respondiendo a la ciudadanía. Dirían los
zapatistas, y es un elogio, que manda obedeciendo.
Claro que el trabajo continúa, el
de, como dice la norma, “asegurar la calidad educativa para todos, la cohesión
social y la igualdad de oportunidades”. Ese si que es un camino que merece ser
andado por la comunidad educativa, y, a lo que parece, tenemos una Consejera
que quiere dar pasos en él. Bienvenida.
JESUS
SANAGUSTÍN SÁNCHEZ.